Al Aire- Las Añez

Las Áñez
Al aire
FLD 022
2017







¿En qué lugar situar a las hermanas Juanita y Valentina Áñez dentro del contexto musical colombiano de los años recientes?

Asunto difícil y peliagudo.

Podríamos decir que los duetos vocales femeninos han escrito páginas memorables de nuestra música andina. Ejemplos ya legendarios hay por montones: Ad Libitum, Dueto Primavera, Las Zurronas, Sombra y Luz, Lluvia y Rocío y Dueto Sentimiento, entre muchos otros, hacen parte de una tradición enfocada particularmente en el amplio repertorio de bambucos, pasillos, guabinas, torbellinos, rumba campesina, rajaleñas y sanjuaneros. También emergen del olvido algunos binomios que entre las décadas de los sesenta y los setenta exploraron con ingenio y candidez los terrenos del pop y el ye-ye: Las Mellizas, Las Hermanitas Singer y, caso excepcional, las maravillosas Elia y Elizabeth.

¿Se pueden ubicar, entonces, en alguna de estas comarcas?

No.

Afortunadamente la respuesta negativa indica un punto de partida. Y es que desde su debut en 2011 al lado del cuarteto Bituin ya se avizoraba algo extraño e inusual. No solo fue la forma riesgosa y lúcida en la que asimilaron canciones de Violeta Parra, Simón Díaz, Antonio Aguilar o Cuchi Leguizamón; era, también, la insolencia genuina que asomaba tras las tímidas composiciones que las hermanas tenían bien guardadas bajo la chistera. Tres años más tarde, con el segundo disco de Bituin y el estreno sorpresivo de Silbidos –su primera grabación como dueto-, Las Áñez desenfundaron un prontuario sorpresivo de canciones mutantes que, con minuciosa ironía, destrozan el estereotipo y las etiquetas.

Así las cosas, Las Áñez gravitan en un lugar desopilante que puede anidarse entre el humor iconoclasta de Leo Masliah y la experimentación sonora de Lucía Pulido. De eso da cuenta Al aire, su nuevo disco que abre con una divertida retahíla gastronómica en honor al tomate y cierra con “Mi muñeca”, una suerte de huayno envuelto en aires orientales que contó con la presencia de una invitada de lujo: Martha Gómez. En medio de estos extremos aparecen temerarios juegos vocales como “La curva” y “Dados al aire” (junto a Andrea Echeverri), aproximaciones al arte del paisaje sonoro (“Espinas”), guabinas marcianas (“Con el agua”),   y “Pensar y pensar”, monumental guasa despechada al lado de Edson Velandia.

Grabado por Ernesto Santos y mezclado por Benjamín Calais, Al aire es un disco musicalmente enigmático e inusitado. Revela, también, a un par de cantautoras que le huyen a la comodidad lírica: logran un punto equidistante entre el delirio prosaico y la humorada críptica.  Unas líneas de León de Greiff, lejanas en el tiempo, parecen ajustarse simétricamente a su gesto alusivo: “Otra canción/ he de cantar,/ ingenua (…) Canción que nada diga/ y apenas sí sugiera.” 


1. Don Tomate
2. La curva
3. Dados al aire (con Andrea Echeverri)
4. No siendo más
5. Péndulo
6. Como el agua
7. Pensar y pensar (con Edson Velandia)
8. La electrónica
9. Enjambre frutal
10. Espinas que se van
11. Mi muñeca (con Marta Gómez)



Valentina Áñez Rothmann: voz, teclados, percusiones; Juanita Áñez Rothmann: voz, teclados, percusiones

Diseño y portada: Andrés Garzón